No tenía prácticamente ganas de nada, estaba cansada, otra vez había pasado una mala noche. Las pastillas de melatonina, que me había recomendado la farmacéutica, habían dejado de dar su placeba efectividad pasados unos días. Recordaba la última charla que había tenido con Adrian, nunca parecía satisfecho con nada. Ahora era yo la que parecía que nunca lo estaba.

Categorías: relato